#main { width:650px; height:800px; padding:10px; background:#F5F6CE; }
Solo el amor alumbra lo que perdura

Marte

Marte




Tomar el tema que parece fácil para una astróloga, como lo es el planeta personal Marte, se convierte en un desafío cuando en el entretejido social, este planeta tiene una importancia muy elevada.

Demás está decir que Marte representa la milicia y las fuerzas policiales, también los deportistas y de un modo menos perceptivo, o bien subrepticio, está con nosotros en todo lo que hacemos y actuamos.


La voluntad, la competitividad, la competencia...la individualidad, características todas que responden a la naturaleza marcial, son pues de gran valor para una sociedad que estimula en forma constante estos atributos.


Es por eso que al referirnos a este simple planeta, debemos prestar mucha atención ya sea en el análisis de una Carta Natal, como en el comportamiento de los individuos en nuestra sociedad occidental.

Sería interesante, en este artículo mencionar al paso que los pares, Marte-Venus y Saturno-Luna son los pilares sociales...Marte en su implicancia competitiva y luchadora, así como nuestra capacidad de defendernos , Venus nuestra medida estética y el modelo de gozar la vida, Saturno la responsabilidad y lealtad ( tema que desarrollaremos en otro momento, ya que lo interesante es saber lealtad hacia que.) y la Luna nuestros hábitos e instintos cotidianos y nuestra nutrición tanto material como emocional.

Entonces sucede que, cuando pensamos en Marte, pensamos en guerra y nos olvidamos que la guerra no es solamente aquello que vemos en la tele, la guerra muchas veces es la violencia implícita que está conviviendo con nosotros todos los días cuando debemos competir por llevar el pan a casa, cuando competimos por un puesto de trabajo, competimos por un hombre o una mujer, competimos por el amor de nuestros padres y del prójimo en general. La guerra es la violencia explícita de la contradicción humana.

Contrapuesto a esto está el modelo de educación que sostenemos, en casi todos los hogares y que está íntimamente relacionado, consciente o inconscientemente con la competencia, tanto entre hermanos como entre otros pares.

Si bien el discurso común familiar está basado en compartir y en alentar al rezagado, la verdad es que eso se pierde rápidamente cuando un chico saca una nota baja en el colegio y le decimos que a fulanito o menganito les fue mejor y los alentamos no solo a competir con ellos mismos, sino que enseñamos a competir con los pares...

Las famosas comparaciones entre hermanos que (ningún padre está exento) fomentan la competencia por el cariño de los padres.

El modelo de consumo que si bien decimos todos no tener, está claro que es otra mentira paradójica de esta sociedad.

Es por este motivo que expongo a Marte más como una manera de defendernos como una manera de luchar por lo que uno quiere.

Con el correr de los años, es tanta la competencia a la que nos vemos expuestos que nos reducimos a preservar el pedacito de cielo que nos costó tanto conseguir, en desmedro de nuestro amor propio que poco a poco decae en este contexto.Es allí donde juntamos tantos aciertos como fracasos, algunos que nos son útiles como la vida misma, si aprehendemos el concepto de experiencia...cosa que cuesta que suceda en un ambiente exitista, competitivo y consumista.Este tema nos tiene girando en círculos...y, en definitiva nos pone en una disyuntiva clara: o vos o yo. El lugar que ocupa otro, no lo ocupo yo, para poder sumarme o fundirme, debo saber quien soy.

En los nuevos paradigmas del new age, hay una necesidad muy grande de ocultar esta violencia concreta, ya sea por medio de ejercitaciones que tapan nuestro enojo, o en asumir conductas ficticias de ceder por no "pelear" un espacio propio.

Ese enojo, por loco que parezca, se transforma en enfermedad tanto psíquica como física...la violencia que no se manifiesta fuera de uno, lo hace dentro.

Obviamente, la astrología no es un medio de curación de la salud mental ni física, pero el espíritu se regocija cuando descubre una verdad, y bien lo dicen los médicos y terapeutas, que la concientización es el primer paso de cualquier tipo de sanación.

Por este motivo es que pasé y paso mucho de mi tiempo desarrollando talleres sobre este tema, con resultados fascinantes, donde ,con los participantes fuimos descubriendo que saber decir que NO es la clave del meollo.Un simple no, en el momento adecuado, como la manera de imponerse en el medio, sin violencia pero con certeza de experiencia, puede por sí solo, regenerar ese sentirse fuerte otra vez, sentirse amado ,valorado y respetado(SIEMPRE empezando por uno mismo),y de ese modo tan sencillo sentirse menos invadido por los miedos que nos detienen a actuar.

JUDITH WIZENBERG